EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN LA REGIÓN LEONESA, VALLADOLID Y RESTO DE CASTILLA. | ||||
REGIÓN LEONESA | VALLADOLID | RESTO DE CASTILLA | ||
1981 | 100,00% | 100,00% | 100,00% | |
1985 | 101,20% | 116,10% | 94,20% | |
1996 | 98,84% | 117,90% | 93,70% | |
1998 | 96,77% | 117,80% | 89,90% | |
2013 | 93,45% | 128,46% | 91,62% |
miércoles, 4 de diciembre de 2013
LOS EFECTOS DEMOCRÁFICOS DE LA AUTONOMÍA DE CASTILLA Y LEÓN EN LA REGIÓN LEONESA, VALLDOLID Y RESTO DE CASTILLA
lunes, 25 de noviembre de 2013
EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA DE LA REGIÓN LEONESA RESPECTO AL CONJUNTO DE ESPAÑA Y A LA AUTONOMIA DE CASTILLA Y LEÓN.
EVOLUCIÓN DEL PESO DEMOGRÁFICO DE LA
REGIÓN LEONESA Y DE LA REGIÓN CASTELLANA EN EL CONJUNTO DE ESPAÑA
REGIÓN LEONESA
|
CASTILLA
|
|
1979
|
3,00%
|
3,90%
|
1981
|
2,90%
|
3,90%
|
1983
|
2,90%
|
3,80%
|
1985
|
2,90%
|
3,80%
|
1996
|
2,72%
|
3,61%
|
1998
|
2,66%
|
3,57%
|
2013
|
2,19%
|
3,19%
|
EVOLUCIÓN DEL PESO DEMOGRÁFICO DE LA
REGIÓN LEONESA Y DE LA REGIÓN CASTELLANA
RESPECTO DEL CONJUNTO DE LAS PROVINCIAS
QUE HOY COMPONEN LA AUTONOMÍA DE CASTILLA Y LEÓN.
PROVINCIA DE LEÓN
|
REGIÓN LEONESA
|
CASTILLA
|
CASTILLA Y LEÓN
|
|
1981
|
20,20%
|
43,20%
|
56,80%
|
2.584.246
|
1985
|
20,40%
|
43,10%
|
56,90%
|
2.583.969
|
1996
|
20,60%
|
42,96%
|
57,04%
|
2.508.496
|
1998
|
20,38%
|
42,71%
|
57,29%
|
2.484.603
|
2013
|
19,40%
|
40,73%
|
59,26%
|
2.517.157
|
domingo, 24 de noviembre de 2013
sábado, 23 de noviembre de 2013
EVOLUCIÓN DEMOGRAFICA DE LA PROVINCIA DE LEÓN RESPECTO EL CONJUNTO DE ESPAÑA DESDE SU INCLUSIÓN EN LA AUTONOMÍA DE CASTILLA Y LEÓN.
La
provincia de León y la Región Leonesa han ido perdiendo peso demográfico y
económico respecto al conjunto de España en el período que trascurre desde que
se han incluido en la autonomía de Castilla y León tal y como podemos ver en la
tabla y el gráfico siguiente.
EVOLUCIÓN DEL PESO DEMOGRÁFICO DE LA
PROVINCIA DE LEÓN RESPECTO AL TOTAL NACIONAL
|
|||||
ESPAÑA
|
PROVINCIA DE LEÓN
|
% HAB. PROVINCIA DE LEÓN SOBRE CONJUNTO
DE ESPAÑA
|
|||
1979
|
36.902.025
|
526.862
|
1,43%
|
||
1985
|
38.424.200
|
529.534
|
1,37%
|
||
1996
|
39.669.394
|
517.191
|
1,30%
|
||
1998
|
39.852.651
|
506.365
|
1,27%
|
||
2013
|
46.704.314
|
488.991
|
0,96%
|
||
|
|||||
domingo, 10 de noviembre de 2013
JAVIER LEÓN DE LA RIVA, LEONESISTA DEL AÑO.
En mi opinión el actual alcalde
de Valladolid es merecedor, mejor que ningún otro, de ser nombrado
"leonesista del año". Nadie como él es capaz de estimular la defensa
de lo leonés ante el avasallamiento y la
injusticia. Es capaz de ponernos a todos de acuerdo con independencia de la
ideología que pueda tener cada cual. El rechazo a sus palabras no sólo llega
desde las filas de su oposición política sino también desde su propio partido. Empresarios
o sindicatos discutirán de muchas cosas pero se pondrán de acuerdo en rechazar
sus palabras. La oposición es claramente territorial así recibe el apoyo del
grupo socialista en su Ayuntamiento y el rechazo de líderes y votantes del PP
en la Región Leonesa (al igual que el del resto de otros partidos).
El esquema de Javier León de la
Riva es muy sencillo "los
ciudadanos del resto de la Comunidad Autónoma deben sufragar con sus esfuerzos
las infraestructuras de Valladolid y en consecuencia su bienestar". No se limita a defender lo propio sino que
entiende que para mantener sus intereses es preciso esquilmar los territorios que
puedan estar más o menos próximos. Ahora es el aeropuerto, pero lo mismo cabría
decir de Valladolid como centro de la administración pública, del parque
tecnológico, de los medios de comunicación o del casino de Valladolid. También
recordamos como en una campaña de propaganda se mofaba de los problemas
económicos del Baloncesto León por cuanto ello dejaba el camino de único equipo
de referencia en su querida Comunidad Autónoma al de Valladolid. Podríamos
decir que sus declaraciones relativas al aeropuerto responden al mismo esquema
que se daba respecto al baloncesto: Que el equipo de su ciudad se sostenga con
el dinero público, eliminando la competencia que pudiera tener de otros equipos
como el de León. Donde pone "equipo de baloncesto" pongan
"aeropuerto" y verán que el resultado es el mismo.
domingo, 27 de octubre de 2013
EL PRECIO DE LA LIBERTAD.
El diccionario de la Real Academia define libertad como “la
facultad natural que tiene el ser humano de obrar de una manera o de otra, y de
no obrar, por lo que es responsable de sus actos”. Está definición tal
vez excesivamente centrada en los actos, en el obrar, deja a un lado el
concepto de libertad asociado a la expresión de una determinada forma de ver el
mundo o cada una de las circunstancias que lo componen y determinan en cada
momento. Es a ese concepto de libertad de expresión al que se refería George
Orwell cuando decía “libertad es la libertad de decir que dos y
dos son cuatro. Admitido esto, se deduce lo demás”.
He
venido expresando en diferentes artículos que el leonés siente una cierta
pasión por la libertad. Pasión que cada uno luego ha interpretado a su
manera y forma particular. Es esa libertad que se arraiga en la persona como
ser individual y que desde ella se vuelca en el ámbito social. Es el punto
común que encontramos entre los grandes anarquistas leoneses y el de las ideas
liberales en una concepción tal vez más conservadora de esa idea de libertad.
La
libertad es plural y rechaza la uniformidad social y cultural. En esa
idea el concepto leonés de España que ha desarrollado a lo largo de
toda su historia (por ejemplo a través del Regnum Imperium Leonés) es de España
como “unidad
en la pluralidad”. Concepto que históricamente ha contrastado con el de
Castilla más asociado al ámbito militar (Castilla viene de “castillos” y su
propia historia se vincula muy directamente a la reconquista, a el Cid como
gran héroe castellano o la capitanías generales de Valladolid o Burgos).
En
nuestra sociedad actual la libertad tiene un precio. Desde
el poder político se ejerce un control directo o indirecto sobre los medios de
comunicación (en ocasiones directo al colocar personas afines a sus ideas en
los puestos directivos y otras veces de forma indirecta a través de la
contratación de publicidad que se utiliza como premio o castigo a ese medio en
función de cual pudiera ser su línea editorial).
Pero
ese precio
de la libertad llega también al mundo de las asociaciones o del mundo
profesional. Ejemplo de esto lo podemos tener en la las orquestas de música
leonesa que por llevar el apelativo leonés se ven privadas de las subvenciones
de la Junta o de aquellos profesores universitarios que en privado exponen
ideas que no se atreven a hacerlo públicamente por si ello afectase a su
carrera profesional. Lo mismo podríamos decir de tantos ámbitos de la vida que
se ven afectados por la influencia de una economía pública.
Decía
André Malraux que “la libertad pertenece a los que la han conquistado”. Tal desde
esa concepción de “conquista” nuestra sociedad se siente demasiado distante de
“correr los riesgos de liberarse de sus propias mordazas”. Se envejece al ritmo
de su propio declive económico y ello tiene una influencia directa en esa
conformidad social que nos lleva a buscar conquistar nuevos espacios de
libertad o avanzar en el terreno económico.
domingo, 29 de septiembre de 2013
“LA NACIÓN ES LEÓN, PERO NO CASTILLA” (ORTEGA Y GASSET).
Pues sí la frase que da
título a este artículo no es de un leonesista recalcitrante, ni tan siquiera es
de un leonés. Esa frase la podemos encontrar en la obra de Ortega y Gasset “la
rebelión de las masas” concretamente en el capítulo 7 de la segunda parte de dicho
libro. La cita completa a la que hacemos referencia dice “Primero la nación parece la tribu, y la no nación, la tribu de al lado.
Luego la nación se compone de dos tribus, más tarde es una comarca, y poco
después es ya todo un condado o ducado o reino. La nación es León, pero no Castilla; luego es León y Castilla pero
no Aragón”.
Ni Ortega, ni yo mismo defendemos el
aplicar hoy el concepto de nación a León. Creo mucho más apropiado el de Región
Leonesa en el marco unitario y solidario de la nación española. Por mucho que
se empeñen algunos no es ni una lengua ni una comunidad de sangre lo que define
una nación. Es excepción y no regla cuando un marco territorial nacional es
coincidente con un marco idiomático. Los ejemplos podrían ser innumerables pero
podría bastar el de Suiza donde se hablan tres idiomas el alemán, el francés y
el italiano, mientras el idioma suizo no existe como tal. Sin embargo no por
ello nadie discute la identidad nacional de Suiza. Decía Ortega que “ni la sangre ni el idioma hacen el Estado
nacional; antes bien, es el Estado
nacional quién nivela las diferencias originarias del glóbulo rojo y su
articulado. Y siempre ha acontecido así. Pocas veces por no decir nunca, habrá
el Estado coincidido con una identidad previa de sangre o idioma. Ni España es
hoy un estado nacional porque se hable en toda ella el español, ni fueron
Estados nacionales Aragón y Cataluña porque un cierto día arbitrariamente
elegido coincidiesen los límites territoriales de su soberanía con los del
habla aragonesa o catalana”.
sábado, 21 de septiembre de 2013
DEL “YO PECADOR” A LAS CULPAS SON “DEL OTRO”.
Decíamos en
nuestro libro “Irresponsables” que “Somos
muy poco dados a buscar en nosotros mismos los errores que se hayan podido
cometer y es mucho más fácil y cómodo encontrarlos en el adversario. Así se hace
complicado avanzar en las soluciones pues los cambios que demandamos los deben
de hacer otros”.
Nos
reafirmamos plenamente en esas palabras. Es una evidencia que nuestro medio
social es crítico con los demás a los que se tiende a culpar de todos los males
posibles y se ejerce en muy poco grado la autocrítica.
Dando un
paso más en este análisis y buscando los factores que han podido desencadenar
esas actitudes hemos encontrado uno especialmente importante, la pérdida de
influencia de la cultura católica en el medio social.
Hemos de
tener en cuenta que en la cultura católica se nos enseñaba a examinarnos a
nosotros mismos al objeto de ver cuál podían ser nuestros errores o “pecados”.
Es la oración que empieza diciendo “Yo
pecador, me confieso a Dios…” o el mismo sacramento de la confesión en la
que de modo regular cada uno se acercaba a confesar sus pecados. Había un examen
continuado de nosotros mismos y unas pautas guía para poder realizarlo.
En esa
cultura católica hay también un “propósito de la enmienda” y una penitencia a
cumplir como reparación de esos pecados. ¿No es esto algo que se echa en falta
en la sociedad actual? En nuestra opinión claramente es así. Diríamos que
nuestra sociedad se muestra en exceso prepotente, le falta la humildad de saber
reconocer los errores propios. Desde el “no reconocimiento” de los propios
errores hay poca disposición a aceptar cualquier penitencia. El propósito de
enmienda parece que se lo pedimos a los demás ya que a nosotros no nos hace
falta.
Entendemos
que al perder fuerza las referencias religiosas en nuestro medio social ello ha
supuesto el que también se han perdido los hábitos asociados al auto-examen
ético. En teoría podríamos decir que estos modos de conducta se podrían ejercer
también sin necesidad de profesar la religión católica. Diríamos que tal vez si,
en teoría, pero no en la práctica. No hay una institución sustitutiva que
promueva esos modos de conducta entre los no creyentes. En realidad se nos
vendría a decir que ese examen lo necesitarán otros pero no nosotros (que
estamos cerca de la perfección).
Creo que hay
pocas dudas en reconocer el papel y la influencia de la religión en la
evolución del medio social. Recordamos como en su momento Max Weber nos hablaba
del papel jugado por “la ética protestante en el origen del capitalismo”. En
ese sentido parece claro que la pérdida de influencia social de la iglesia
católica también tiene consecuencias para el devenir de nuestra sociedad. Por
lo mismo será necesario conocerlas, valorarlas para luego tratar de modificar
aquello que podamos considerar susceptible de mejora.
La crisis
social actual va bastante más lejos de lo que son variables puramente
económicas y se extiende hacia unos modos de conducta inapropiados que se hace
necesario cambiar en profundidad. No sólo tiene componentes éticos (que
también) sino que se extiende a unos modos de conducta más generales (como a
valorar el sentido de la medida, a abandonar las conductas en exceso
individualistas, a evitar la excesiva sobreprotección…)
En este
medio social la comodidad gana cada vez más peso como criterio guía en las
conductas. Decíamos en nuestro libro que “Una
sociedad responsable es aquella que premia el esfuerzo por mejorar sus
condiciones de vida en el más amplio sentido de la palabra. En ese sentido es
necesaria una sociedad dinámica que ponga en valor, tanto en el plano social
como en el personal, ese esfuerzo”. En la religión católica (aquí habría
puntos en común con otras religiones)
esa cultura se traduce en que se
demanda a la persona el esfuerzo por mantener unos determinados modos de
conducta y que ello supondrá el premio de la vida eterna, del cielo o del
castigo del infierno en caso de no haberlos seguido adecuadamente en su vida.
En definitiva se demanda un esfuerzo y se ofrece una recompensa importante por
hacerlo o un castigo por la desviación en esas formas de comportamiento. Es
además algo que se extiende al conjunto de los creyentes y no es privativo de
una determinada empresa, de una asociación…
Hoy diríamos
que hay poca disposición al esfuerzo por
cuanto tampoco las personas encuentran motivos de recompensa suficiente para
actuar de uno u otro modo. Así estamos en una laxitud moral que se promueve
también desde los medios de comunicación. Se difuminan las diferencias entre lo
que es bueno y lo que es malo. Pérez Reverte hacía alusión a ello en alguno de
sus artículos y tomaba en ese caso el referente de las películas. Así nos decía
que ya no había “malos de pata negra”. Tenemos
incluso que se llega a presumir de “ser malo”. El “bueno” lo tendemos a
aproximar al “tonto” y al “viejo”. El “malo” es el “listo” y el “moderno”. Así,
como nadie quiere ser ni tonto ni viejo pues prefiere que se le asimile a los
valores de modernidad. Es como si “los buenos” tuvieran prohibido disfrutar de
los placeres de la vida, que quedarían para los que evitan cualquier norma
ética.
Para mejorar
hay algo que debemos cambiar. En ello es necesario conocer tanto lo que es la
descripción de ese medio como las causas asociadas a esos modos de conducta.
Este artículo quiere colaborar en esa dirección.
David
Díez Llamas
domingo, 1 de septiembre de 2013
¿CONTROL O PRODUCCIÓN?
En
mi opinión en los últimos tiempos estamos asistiendo a que se prima el control
sobre la producción. Hay que anotar lo que se está haciendo en cada momento con
el supuesto objetivo de dar información a la dirección de la empresa de cara a
hacer sus presupuestos. Claro que mientras se dice lo que se está haciendo, no se produce. Este sistema desincentiva a los
trabajadores y les anula en su capacidad de iniciativa. Simplemente hay que
seguir unos pasos marcados. La responsabilidad entonces recae o al menos
debería de recaer en aquel que marca las directrices que los demás deben de
limitarse a seguir.
Creo
mucho más en la dirección por objetivos. Alcance usted tal objetivo, consiga
usted que los clientes estén
satisfechos, que se propicien nuevos pedidos... Y haga lo que le dé la
gana para conseguirlo. La responsabilidad se ejerce desde la libertad. El
estímulo en alcanzar metas se debe favorecer
en base a conductas que favoreciendo a la empresa también recaigan en
aquellos que logran esos objetivos. El control debería ser mucho más sobre los
resultados alcanzados que sobre los procesos a través de los que se logran. Es
especialmente grave que ese control se haga de modo mecánico y desde el
desconocimiento.
Cuando
venta y producción son departamentos sin conexiones suficientes, la empresa en
cuestión no funciona adecuadamente. Son muchas las veces que desde el desconocimiento
de la materia se imponen estructuras que luego se hace necesario modificar. Hay
un cierto hábito de que el comercial cobre comisiones en función de lo que
factura y no en función de los beneficios que genera su venta. Es un buen
camino hacia el despropósito. Se vende un producto que genera beneficios al
comercial que lo ha vendido, pero pérdidas a la empresa.
Una
línea lo más directa posible entre la parte productiva y el cliente tiende a
resultar beneficiosa para ambos. En demasiadas ocasiones se oye pero no se
escucha y en otras aún cuando se haya escuchado, no hay preocupación por
trasmitirlo posteriormente a aquel o aquellos que deben ejecutar esos
requerimientos.
No
quiero decir que el control en el ámbito económico y empresarial sea algo innecesario.
Lo que rechazo es que se haga a costa de mermar la capacidad productiva de una
empresa. La libertad se asocia a ilusión y ello es un motor de desarrollo
fundamental en cualquier empresa. Desde la prepotencia se estimulan esos
mecanismos de control que van en la línea de que "aquí el único que sabe y
piensa soy yo (o nosotros)". El liderazgo se ejerce desde la adhesión de
voluntades, cuando lo es en función únicamente del dinero aportado en la
estructura de la empresa, se corre el riesgo de que esa estructura quiebre.
David
Díez LLamas
lunes, 12 de agosto de 2013
EL MODELO LEONÉS DE ESPAÑA Y ORTEGA Y GASSET
Mantengo
que en la construcción de España hubo dos grandes modelos territoriales, uno
representado por el Regnum Imperium Leonés basado en el concepto de defensa de
"la unidad en la pluralidad" y el otro un modelo castellano mucho más
uniformizador como correspondía al carácter más militar de ese territorio.
Era
Ortega y Gasset el que defendía un concepto de "autonomismo regional frente al separatismo nacionalista". En
esa su España invertebrada Ortega creía en la mejor defensa de España se hacía
desde el reconocimiento de su pluralidad. Aquellos que buscan crear unidades
distintas son tan uniformizadores como los que defienden el Estado
Centralizado. Ortega defendía un modelo territorial que desde la defensa de la
propia particularidad regional como "voluntad
de ser, de crecer, de mejorar , de dignificarse y de enriquecerse" a
la vez "se integrase en un soberano
nacionalismo español, teniendo en cuenta a todas sus partes".
La
identidad nacional se define más por el "hacer" que por el
"estar". En ese sentido se hace necesario el tener proyectos comunes,
por el "hacer algo juntos, como
Comunidad de anhelos propósitos y de grandes utilidades". La ausencia
de esos proyectos hace que falté el
cemento que da cohesión a todo el entramado social.
Es
un hecho que en general la división social y política se favorece en épocas de
recesión. Podríamos decir que esto sucede en cualquier ámbito de la vida. Es
mucho más fácil estar con el ganador que con el perdedor. Sin embargo esa
unidad resulta especialmente necesaria en los momentos de recesión.
Ha
resultado demasiado habitual y a veces hasta grotesco el señalar que "las
culpas de nuestros males las tienen otros". Ese discurso alimenta la
necesidad de separarse de esos otros para mejorar en sus condiciones de vida.
Ortega
y Gasset en sus reflexiones decía que "el
derecho a mandar no es sino un anejo de la ejemplaridad" podríamos
decir que esa frase cobra hoy toda su vigencia. Es necesario y hasta urgente el
recuperar valores éticos. Hoy tal vez más que nunca se convence mucho más desde
el ejemplo que desde la palabra. En ese sentido es bastante más importante lo
que se hace que lo que se dice. Hay una crisis de credibilidad importante.
El
reconocimiento de la diversidad hay que afrontarlo desde criterios de
racionalidad y de solidaridad. La racionalidad obliga a evitar dilapidar
recursos, a que exista una unidad de mercado suficiente para que las empresas
no pierdan sus esfuerzos en una amalgama de normas que actúen como freno a su
desarrollo y potencialidades. La competencia y la calidad se favorecen desde la
simplicidad administrativa. Habrá que evitar duplicidades en las tareas de la
administración. Ello será posible si los recelos por ocupar posiciones de poder
se trasforman en confianza. La solidaridad es el criterio que debe servir para
que los españoles tengan acceso a los mismos recursos básicos (sanidad,
educación...) con independencia de los recursos económicos del lugar en donde
vivan. Si esos criterios son válidos a nivel individual no vemos motivo para
que no lo sean a nivel de colectividad social.
domingo, 21 de julio de 2013
EL AUTISTA
Te hemos rodeado de silencio,
hemos creado en ti espacios
infinitos
de amargura
y tu te has ido.
Has construido refugios
invisibles
rechazando todo aquello
que hemos querido imponerte.
Has huido de nosotros, de todos
y has preferido
recorrer sólo tus días
inundándote de ausencias.
Tu vida es un testimonio vivo
de nuestra infelicidad.
David Díez LLamas
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