Esta pequeña historia parte del
convencimiento de la necesidad de que el reconocimiento por la Unesco de las
Cortes Leonesas de 1.188 como Cuna del Parlamentarismo, se extendiese fuera de
los límites de la ciudad de León.
Entendemos
que hay que conseguir que la España de los valores democráticos y de las
libertades se abra paso en el conocimiento de la ciudadanía española. No puede
ser que personajes mercenarios como El Cid sean mucho más conocidos que el papel
que jugaron los Fueros de León o las Cortes Leonesas.
Desde
nuestra visión, ese avance debe favorecer una mayor cohesión y unidad de los
españoles. La visión distorsionada de la historia de España fomenta la
fragmentación y nos está suponiendo problemas considerables e importantes.
Apoyados en
estas ideas y en que son muchos los leoneses que residen fuera de su región
hemos buscado extender la celebración conmemorativa de esas Cortes en
diferentes puntos de España. Además había la necesidad de entender que esas
Cortes no eran algo privativo de una ciudad sino que eran propias del Reino de
León en su conjunto.
Trabajando
desde el entusiasmo y sin ningún tipo de apoyo institucional hemos ido
sembrando en las redes sociales está idea. Poco a poco la idea inicial ha ido
dando sus frutos. Actualmente está previsto hacer algún tipo de acto
conmemorativo en las ciudades de León, Zamora, Salamanca, Gijón, Bilbao,
Santander, Madrid y Barcelona. Esperando que en breve se pueda también confirmar
en Valencia, La Coruña y Sevilla.
De algún
modo este espíritu de convocatoria que nace de la iniciativa popular también ha
querido reflejar el propio espíritu de esas Cortes donde por vez primera se
daba entrada a los estamentos populares. También lo hace apostando por la
unidad de un proyecto común (la conmemoración de las Cortes de 1.188) pero que
se construye desde la diversidad en cuanto a los modos y formas de organización,
también incluso desde las personas que en cada núcleo se encargan de ello.
Sánchez
Albornoz calificaba estas Cortes como “La Carta Magna Leonesa” y explicaba su
nacimiento en función de contrarrestar
el poderío de los nobles buscando el apoyo para sus intereses del llamado
“tercer estado”.
Los consejos
y el rey tenían un enemigo común, la nobleza y por ellos las masas populares
buscan la protección del rey contra los desafueros de los nobles. Todo ello se
hace además con el caldo de cultivo de que a lo largo de la historia, el Reino
de León se ha caracterizado por promover diferentes formas de organización
política.
De algún
modo en aquel momento se buscaba preservar la unidad territorial frente a la
amenaza de la disgregación del territorio en pequeños feudos dominados por los
nobles. En esa línea como apunta Luis Suárez Fernández “el rey llama a deliberar a los representantes de las ciudades,
adelantándose en esta práctica a todos los demás soberanos europeos, se
consideró a las Cortes, en plural, como una asamblea estamentaria de tres
brazos que contenía la representación cabal del Reino”.
El propio
declive del Reino de León impidió que lo que se había sembrado en esas Cortes
no tuviese un desarrollo posterior más amplio. No hay que olvidar que en el año
1.230 la hegemonía entre los Reinos de España pasará a Castilla y ello marcará
que se prime el carácter militar y de avance territorial sobre otro más
estrictamente político.
Más allá del
reconocimiento académico hemos buscado extender a que se consiga ampliarlo
fundamentalmente en el ámbito social. Para ello hemos querido implicar a los
diferentes medios de comunicación y trasladar la celebración también a las
redes sociales.
Los Decreta
entre otras cosas son un alegato firme en defensa de la ley frente a aquellos
que quieren imponer sus intereses de forma violenta y sin atenerse a ningún
tipo de jurisdicción. Promueve un marco legal y el castigo a aquellos que
quieran saltárselo. Diría que aunque han pasado muchos siglos el concepto sigue
hoy en pleno vigor. Así por ejemplo se dice en el Decreta 13 : “Y establecí que si alguno quisiere ajustar
un agravio directamente con alguna persona y el agraviado no lo aceptase, no
podrá hacerle daño alguno, y si lo hiciera, pagará el doble, y si además lo
matare, será declarado alevoso”.
Se establece
que nadie puede tomarse la justicia por su mano y también la defensa del orden judicial.
Así fija la obligación de presentarse a la justicia en un plazo máximo de 9
días sino quiere ser considerado malhechor. O fija que nadie “ni siquiera mi autoridad (la del rey), podrá
entrar por la fuerza en casa de otro ni hacerle daño en ella o en sus bienes”.
Hemos
considerado necesario favorecer el conocimiento de lo que han significado estos
Decreta de 1.188 en la propia historia del Reino de León, de España y del
Mundo. En ese afán se han organizado actos en diferentes ciudades de España.
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