En mi opinión un factor clave en la
interpretación del debate sobre la autonomía leonesa es el relativo al propio
concepto de “representación”. ¿A quién
representan los políticos que surgen de los resultados electorales? En unos
casos se interpreta que son “representantes de sus votantes” y en otros “del
partido” por el cual se han presentado.
En
el proceso autonómico Martin Villa exigió a los cargos electos de su partido,
obediencia a lo que eran sus propias demandas. Es decir, obediencia al partido
por encima de lo que pudieran pensar las personas que les hubieran votado. Este
hecho quedo en evidencia cuando el partido fracasa y entonces esos cargos se
ven liberados de esas presiones y en función de ello promueven en la Diputación
de León (que aún gobernaban) una moción favorable a alcanzar una autonomía
leonesa que ganan por 20 votos frente a 4.
El
caso contrario lo hemos visto estos días en el Ayuntamiento de León en el que
el alcalde y los concejales socialistas han apoyado una moción que reivindicaba
una autonomía leonesa. Se ha primado “el representar a la ciudadanía” por
encima de lo que sean las exigencias de partido.
La
realidad es que la reivindicación leonesista es independiente de la posición
ideológica de cada cual. Partidarios del reconocimiento político de la
identidad leonesa existen en todos los partidos. En el pasado podemos recordar
que tuvieron posiciones en defensa de la autonomía leonesa de forma
significativa José María Suárez (que promovió los recursos jurídicos contra la
integración leonesa en esa autonomía) o Juan Morano (por poner sólo dos
ejemplos). También en las mociones presentadas (en el 2019) en otros
ayuntamientos se han hecho con los votos favor de la autonomía leonesa de
representantes del PP y curiosamente en alguno de ellos con la oposición
socialista.
En
la historia podemos repasar como las posiciones políticas han sido variantes en
todos y cada uno de los partidos. Pero claro el señor Silvan tiene su teoría
del retrovisor (lo que supone decir que hay que olvidarse de quién fue Miguel
Ángel Blanco y “mirar hacia delante”). Para mi sin embargo hay que tener muy
presente el pasado como garantía para conseguir un futuro mejor. Es muy mala
noticia que la mitad de los universitarios desconozcan quién fue Miguel Ángel
Blanco o que sea mucho más conocida la figura del Cid que el que la Unesco
reconozca como Cuna del Parlamentarismo al Reino de León.
Es
un hecho lamentable la falta de profesionalidad que se ha podido ver en muchos
medios de comunicación. Ello con independencia de la opinión que cada cual pueda
tener. Así, hay que decir que es falso aludir al concepto de “independencia” al
tratar esta cuestión. Curioso que se
digan este tipo de cosas cuando en la concentración leonesista se cantaba “Sin
León no hubiera España”. Es
mentira que esto surja como una derivación de lo que sucede en Cataluña. Son
muchos años, diría que muchos siglos, en lo que este debate está presente. Eso
es un hecho objetivo que sólo se puede obviar desde el desconocimiento o desde
la mala intención.
Comparar
la historia leonesa con la de “mi comunidad de vecinos” o con “el cantón de
Cartagena” es insultar desde la ignorancia. Lo malo es que incluso aquellos que
tienen altas responsabilidades políticas hacen este tipo de comentarios.
Incluso
alguno ha venido a decir que está cuestión surge desde “las hordas marxistas”.
Curioso por cuanto conozco a alguna persona que es votante declarado de Vox que
defiende el reconocimiento de la Región Leonesa en el marco de la España Autonómica.
Parece que todo vale con tal de intentar quitar votos al rival electoral.
Un
partido que se denomina “Ciudadanos” no puede alejarse tanto de aquellos a los
que se supone pretende representar. La unidad de España se construye desde el
respeto a su diversidad y pluralidad. Es una evidencia que los motivos que
llevaron a crear la autonomía de Castilla y León como dique de contención a los
nacionalismos periféricos han fracasado. Sin embargo, hay que conocer todos
esos procesos para evitar caer en los mismos errores.
También
no deja de ser curioso el tratamiento informativo que se ha dado a la
concentración leonesista. He visto que se ha hablado de “fracaso” o de “decenas
de concentrados” (lo que es claramente falso). Reto a quien lo considere, que
me diga una sola concentración en la Región Leonesa favorable a la autonomía de
Castilla y León en los últimos 40 años. Es decir, a unos se pide que sean miles,
aunque “los otros” sean cero. Bueno pues equilibrio en el tratamiento
informativo.
La
ciudadanía siempre agradece que se primen sus intereses por encima de lo que
pueda decir un determinado partido. Los liderazgos políticos siempre se han
sustentado en ese principio de aceptación ciudadana.
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