miércoles, 13 de enero de 2021

ESPAÑA NO ES CASTILLA.

 


          Entiéndanme considero Castilla como una de las partes que componen España, como lo pueden ser Andalucía, Cataluña o la Región Leonesa. El problema es que en demasiadas ocasiones se confunde la parte con el todo. Son aquellos que identifican España y lo español con Castilla y lo castellano.

            Si identificamos España con Castilla la consecuencia viene a ser que todos aquellos que no son castellanos tampoco se identifiquen como españoles. Así, es bastante habitual entre los independentistas esa vinculación de Castilla con España. También esa posición la han mantenido los que han defendido una organización central del Estado.

            En los orígenes del nacionalismo catalán nos podemos encontrar las disposiciones de Felipe V en 1707 homogeneizando la legislación. En su discurso podemos ver esa asociación de España con Castilla. Así afirmaba que su deseo era “reducir todos mis reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose igualmente todos por LAS LEYES DE CASTILLA tan loables y plausibles en todo el Universo, abolir y derogar enteramente como desde luego doy por abolidos y derogados todos los referidos fueros y privilegios”.

            En esos inicios de los posicionamientos catalanistas se puede ver con claridad que no se cuestiona España y lo español sino que más bien buscan impulsar desde Cataluña una España que se reconozca como plural en su composición. Es el debate entre dos modelos de organización territorial y no tanto el deseo de buscar la independencia. Así uno de los precursores del catalanismo Valenti Almirall en una carta a Alfonso XII se expresa en estos términos: “No tenemos Señor, la pretensión de debilitar, ni mucho menos atacar la gloriosa unidad de la patria española; antes por el contrario, deseamos fortificarla y consolidarla; pero entendemos que para lograrlo no es buen camino ahogar y destruir la vida regional para substituirla por la del centro, sino que creemos que lo conveniente a la par de justo, es dar expansión, desarrollo y vida espontánea y libre a las diversas provincias de España para que de todas partes de la península salga la gloria y grandes de la nación española”.

            No hay que olvidar que uno de los referentes históricos del independentismo catalán de hoy es F. Maciá. Sin embargo probablemente no sean muchos los que conozcan que durante muchos años Maciá fue un oficial del ejército español. Incluso cuando ya deja el ejército y forma parte del grupo político Solidaridad Catalana lo hace “haciendo énfasis en su amor a España, al Ejército y muy especialmente al Cuerpo de Ingenieros. Además resaltaba el agradecimiento que sentía hacia Alfonso XIII” [1]

            Habría que preguntarse si la deriva hacia las posiciones independentistas ha estado propiciada por ese afán unificador de identificar España y lo español con Castilla. Como bien dice el maestro Juan Pedro Aparicio “España sigue siendo mucho más que Castiespaña y su evocación no debería provocar recelos”. Podríamos decir que esos recelos surgen precisamente cuando en ese afán centralizador se niega que somos muchos los españoles que no somos castellanos.

            Los leoneses sabemos lo que es que un día sí y otro también se nos identifica como castellanos. Además desde la indiferencia de aquellos que deberían ejercer como nuestros representantes. Enmarcamos todo ello en ese modelo centralizador que vincula España con Castilla.

            Martin Villa se puede considerar el principal “hacedor” de la España de las autonomías. Tal vez por su propia procedencia del régimen franquista se puede decir que nunca creyó en ese estado autonómico. Por ello mismo concibe la autonomía de Castilla y León a modo de dique de contención frente a los nacionalismos vascos y catalán. Todo ello sin tener en cuenta lo que pudieran ser los deseos de aquellos que habitaban ese territorio. La oposición de los leoneses a la inclusión en ese marco autonómico fue en todo momento muy clara. Se expresó tanto en la calle como por vías institucionales. El problema fue que Martin Villa no concedía mayor importancia a lo que pudieran pensar los leoneses. Su castigo fue que tras la votación de la Diputación de León en que por 20 votos a favor y 4 en contra se solicita salirse de esta autonomía, Martín Villa abandona para siempre la política leonesa.

            El modelo leonés de España siempre ha sido la defensa de “la unidad en la pluralidad”. Es ese el modelo que inspira el Regnum Imperium Leonés. Sánchez Candeira considera que el modelo leonés se asemejaba bastante al de Gran Bretaña. Así nos dice este autor que el Imperium leonés es “un organismo político unificador, verdadero superestado encaminado a crear una unidad por encima del particularismo representado por los distintos reinos que dentro de él conservaban su independencia”. [2]

            En definitiva pensamos que España se defiende mucho mejor desde una concepción plural en la que cabemos todos. La identidad de Castilla con España es algo que vienen a compartir los independentistas con los que desean una España uniforme.



[1] Recogido del libro “La fe del converso. Francesc Maciá del que es autor Joaquín Rivera Chamorro.

[2] Alfonso Sánchez Candeira. Regnum Imperium Leonés.

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