Entiéndanme
considero Castilla como una de las partes que componen España, como lo pueden
ser Andalucía, Cataluña o la Región Leonesa. El problema es que en demasiadas
ocasiones se confunde la parte con el todo. Son aquellos que identifican España
y lo español con Castilla y lo castellano.
Si
identificamos España con Castilla la consecuencia viene a ser que todos
aquellos que no son castellanos tampoco se identifiquen como españoles. Así, es
bastante habitual entre los independentistas esa vinculación de Castilla con
España. También esa posición la han mantenido los que han defendido una
organización central del Estado.
En los
orígenes del nacionalismo catalán nos podemos encontrar las disposiciones de
Felipe V en 1707 homogeneizando la legislación. En su discurso podemos ver esa
asociación de España con Castilla. Así afirmaba que su deseo era “reducir todos mis reinos de España a la
uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose
igualmente todos por LAS LEYES DE CASTILLA tan loables y plausibles en todo el
Universo, abolir y derogar enteramente como desde luego doy por abolidos y
derogados todos los referidos fueros y privilegios”.
En esos
inicios de los posicionamientos catalanistas se puede ver con claridad que no
se cuestiona España y lo español sino que más bien buscan impulsar desde
Cataluña una España que se reconozca como plural en su composición. Es el
debate entre dos modelos de organización territorial y no tanto el deseo de
buscar la independencia. Así uno de los precursores del catalanismo Valenti
Almirall en una carta a Alfonso XII se expresa en estos términos: “No tenemos Señor, la pretensión de
debilitar, ni mucho menos atacar la gloriosa unidad de la patria española;
antes por el contrario, deseamos fortificarla y consolidarla; pero entendemos
que para lograrlo no es buen camino ahogar y destruir la vida regional para
substituirla por la del centro, sino que creemos que lo conveniente a la par de
justo, es dar expansión, desarrollo y vida espontánea y libre a las diversas provincias
de España para que de todas partes de la península salga la gloria y grandes de
la nación española”.
No hay que
olvidar que uno de los referentes históricos del independentismo catalán de hoy
es F. Maciá. Sin embargo probablemente no sean muchos los que conozcan que
durante muchos años Maciá fue un oficial del ejército español. Incluso cuando
ya deja el ejército y forma parte del grupo político Solidaridad Catalana lo
hace “haciendo énfasis en su amor a
España, al Ejército y muy especialmente al Cuerpo de Ingenieros. Además
resaltaba el agradecimiento que sentía hacia Alfonso XIII” [1]
Habría que
preguntarse si la deriva hacia las posiciones independentistas ha estado
propiciada por ese afán unificador de identificar España y lo español con
Castilla. Como bien dice el maestro Juan Pedro Aparicio “España sigue siendo mucho más que Castiespaña y su evocación no debería
provocar recelos”. Podríamos decir que esos recelos surgen precisamente
cuando en ese afán centralizador se niega que somos muchos los españoles que no
somos castellanos.
Los leoneses
sabemos lo que es que un día sí y otro también se nos identifica como
castellanos. Además desde la indiferencia de aquellos que deberían ejercer como
nuestros representantes. Enmarcamos todo ello en ese modelo centralizador que
vincula España con Castilla.
Martin Villa
se puede considerar el principal “hacedor” de la España de las autonomías. Tal
vez por su propia procedencia del régimen franquista se puede decir que nunca
creyó en ese estado autonómico. Por ello mismo concibe la autonomía de Castilla
y León a modo de dique de contención frente a los nacionalismos vascos y
catalán. Todo ello sin tener en cuenta lo que pudieran ser los deseos de
aquellos que habitaban ese territorio. La oposición de los leoneses a la
inclusión en ese marco autonómico fue en todo momento muy clara. Se expresó
tanto en la calle como por vías institucionales. El problema fue que Martin
Villa no concedía mayor importancia a lo que pudieran pensar los leoneses. Su
castigo fue que tras la votación de la Diputación de León en que por 20 votos a
favor y 4 en contra se solicita salirse de esta autonomía, Martín Villa
abandona para siempre la política leonesa.
El modelo
leonés de España siempre ha sido la defensa de “la unidad en la pluralidad”. Es
ese el modelo que inspira el Regnum Imperium Leonés. Sánchez Candeira considera
que el modelo leonés se asemejaba bastante al de Gran Bretaña. Así nos dice
este autor que el Imperium leonés es “un
organismo político unificador, verdadero superestado encaminado a crear una
unidad por encima del particularismo representado por los distintos reinos que
dentro de él conservaban su independencia”. [2]
En
definitiva pensamos que España se defiende mucho mejor desde una concepción
plural en la que cabemos todos. La identidad de Castilla con España es algo que
vienen a compartir los independentistas con los que desean una España uniforme.
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