viernes, 17 de enero de 2025

EL ASEDIO ECONÓMICO DE LA JUNTA.

 

El asedio no es sólo algo que se daba en época medieval, en mi opinión que se sigue dando. Se coarta la libertad de pensamiento de modo que para acceder al dinero público hay que someterse a lo que nos dicta. Esto pudiera ser comprensible si a lo que nos referimos es a una serie de valores que van contra los derechos humanos. Es decir puedo entender que no se subvencione a grupos que promueven la violencia u obligan al uso del burka entre sus asociados. En general se puede comprender ese carácter restrictivo contra aquellos que no cumplen los principios de convivencia dentro de un país democrático.

Sin embargo hay otros casos. Lo son diferentes clubs deportivos, casas regionales o medios de comunicación donde la Junta obliga a seguir sus dictámenes para poder acceder a las subvenciones y además lo hace con ocultamiento, sin trasparencia.

Como todo asedio el proceso se inicia evitando el acceso a los medios que puedan garantizar su propia existencia. Cuando la situación se hace insostenible es cuando se prepara el asalto. La Junta aparece como “salvadora” imponiendo sus condiciones. Claro también hay que tener en cuenta que ese dinero “salvador” procede de los impuestos que paga esa ciudadanía.

En buena medida se trata de elegir entre la libertad de lo que se ha sido siempre (aún a falta de recursos) o plegarse a lo que se dicta desde el poder para así poder tener subvenciones.

Como en los tiempos medievales también estos asedios se basan en la permanencia en el tiempo. Tengo un artículo publicado en 1984 (es decir hace 40 años) que titulaba “ni se compra, ni se vende”. En ese artículo me refería a la resistencia de las casas regionales leonesas que evitaban pasar a ser “casas de Castilla y León” aunque ello suponía no acceder a las subvenciones de la Junta y dificultaba mucho su propia existencia. Hoy 40 años más tarde varias de ellas siguen manteniendo la identidad que siempre han tenido y lo hacen a pesar de seguir sometidas a ese asedio. Esas casas no sólo  mantienen los principios democráticos sino que los defienden.

También sectores en crisis económica tienen que elegir entre libertad y subvenciones. Se conoce que muchos medios de comunicación dependen  de la publicidad, especialmente cuando el periódico en papel tiene cada vez tiene menor peso. Pero claro muchas veces esa publicidad tiene un carácter institucional y no se reparte en función de la capacidad de difusión que pueda tener el medio, sino más bien en función de la afinidad política. Es un caso más en que el asedio económico atenta a la libertad de expresión y con ello a que la ciudadanía pueda tener una información más libre e independiente.

Podríamos decir que este asedio se hace sin la suficiente trasparencia. Tal vez por cuanto también se sabe que el actuar de este modo no tiene respaldo social. Por ejemplo me gustaría saber cuanto ha supuesto al Ademar que ahora en sus camisetas incluya también la bandera de Castilla y León. ¿Es esto algo que ha hecho desde su libertad o más bien consecuencia de los impagos que ha denunciado de la Diputación de León? ¿Ha consultado a sus socios? . Otro caso sería el de los programas de Jesús Calleja (con el que comparto muchas cosas). Cuando Calleja habla de “su tierra” estando en Segovia o Valladolid lo hace desde su libertad o por cuanto su programa está subvencionado por la Junta de Castilla y León. Sigo sus programas y se puede ver que en las primeras temporadas (cuando no había subvención de la Junta) no había este tipo de pronunciamientos.  Muchos leoneses podemos tener mayor identidad con Cáceres que sin embargo para este comunicador ya no sería “su tierra”. Compartimos identidad como españoles con Segovia, como con Murcia o con Toledo pero no admitimos que se nos imponga los “límites de nuestra tierra” por criterios políticos ajenos a los principios democráticos.

También hace falta claridad y trasparencia en lo que es la distribución de los dineros públicos a las asociaciones. No conozco que en otras autonomías existan instituciones públicas dedicadas a “fabricar un sentimiento de identidad”. En Castilla y León sí se da ese caso. Si el contenido de lo que se dice va en la línea de lo que se busca desde el poder autonómico entonces será promocionado y subvencionado. No importa si lo que se dice tiene suficiente veracidad o calidad. La pregunta es más bien de afinidad con el poder y lo demás importa bastante menos.

No son buenos tiempos para la libertad. Tal vez hoy como entonces hay que recordar aquella frase de Emiliano Zapata “prefiero morir de pie, que vivir de rodillas”. Pues eso, a resistir el asedio.

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