La
importancia de Unión de Centro Democrático a la hora de la integración de León
en la Comunidad Autónoma de Castilla y León ha sido indudable. Después de una
etapa de indefinición la Diputación de la provincia de León presidida por Julio
Cesar Rodrigo de Santiago acuerda realizar una encuesta a los ayuntamientos y
las asociaciones culturales. En esa encuesta un 56,48% de las encuestas
recibidas apostaban por “León sólo" frente a un 7,77% que lo hacía por la autonomía
de Castilla y León. Cuando esas respuestas se ponderaban en función del censo
poblacional de cada municipio el resultado era 69,21% favorable a León sólo y
un 4,35% optaba por la autonomía de Castilla y León. Evidentemente un resultado
que no dejaba lugar a ninguna duda.
La
presentación de esa encuesta se hace en julio de 1.979 tras una reunión del
Comité Ejecutivo Provincial de UCD. Al finalizar el mismo Martin Villa se
manifiesta (en nombre de su partido) partidario de una autonomía leonesa (algo
que se puede constatar en los periódicos del momento y en concreto de los de
fecha 19-9-1979).
La
inviabilidad constitucional que antes y ahora sea alude como impedimento a una
autonomía leonesa es el propio Martin Villa en el que se encarga de
desmentirla. Así dice “se indica que el régimen de las comunidades autónomas
son un derecho para acceder al
autogobierno, cuya titularidad puede corresponder incluso a las provincias
aisladas, siempre y cuando tengan “entidad regional histórica”. Ese requisito que indica Martin Villa es
evidente que León lo tiene y para demostrarlo no hay nada más fácil que examinar
el escudo de España.
En
esa misma línea incluso llega a planificar lo que podrían ser las relaciones
con otras provincias. Así dice “Aceptando esta hipótesis de Comunidad Autónoma
Uniprovincial, el tema de las relaciones ciertas existentes entre esas
provincias y las limítrofes, puede abordarse en el Estatuto de forma muy
específica en relación a cada uno de los supuestos que puedan darse al amparo
del texto constitucional”
También
en esa reunión Martin Villa manifiesta que “todas las decisiones que afecten
a la autonomía tienen que proceder de la voluntad popular”. Y sigue “La
autonomía de León para UCD no es, ni será nunca, una cuestión de partido sino
una cuestión leonesa”. Y en su argumentación llegan a decir que “la
incorporación de León en el ente autonómico supondría obtener la mayoría de UCD
en ese ente que hoy ostenta la unión PSOE-PCE en Castilla”.
Pero
esta postura sólo le duro unos meses. El 27 de marzo de 1980 en una reunión en
el Hostal Paz de Astorga se adopta favorecer la integración en la autonomía de
Castilla y León por 56 votos a favor, 6 contrarios y 8 abstenciones. Ni los
datos de su propia encuesta, ni los argumentos anteriores cuentan. Como
justificación de su nueva postura indican “León sólo equivaldría a una
Diputación de régimen común, y a una comunidad endeble, motivo por el cual,
creíamos que se hacía exigible el robustecimiento de la comunidad con la opción
Castilla-León”. Esto luego tendrá su refrendo en la asamblea celebrada en
la Escuela Técnica Agrícola por 519 votos afirmativos, 108 negativos y 19 en
blanco. Hay que hacer notar que son los mismos concejales que meses antes (en
la encuesta de Diputación) habían optado de forma ampliamente mayoritaria por
una autonomía leonesa (como ya he comentado).
Contra
esa resolución hubo una manifestación proautonomía leonesa ampliamente
mayoritaria (Diario de León dio una cifra de 10.000 personas). Los cantos de
sirena de que “no era una cuestión de partido” y que “las decisiones tienen que
provenir de la voluntad popular” se olvidan e impone su criterio a sus
militantes.
No
hay que olvidar que Martin Villa procede del franquismo. El constructor de la
España de las autonomías no creía en esa España. Consideraba que era una
concesión a los nacionalismos vascos y catalanes. En ese contexto idea la
autonomía de Castilla y León a modo de “contrapeso” de esos nacionalismos. Le
hubiera gustado incluir en ese marco autonómico a Santander y a La Rioja, pero
no tiene suficiente poder para lograrlo. Pero en León era el presidente
provincial y sus militantes no se sentían con la fuerza suficiente como para
derribar su principal proyecto político.
Cuando UCD está a punto de
desaparecer como partido y Martin Villa ya no ocupa cargos de gobierno, tratan
de dar marcha atrás. UCD presenta una moción favorable a una autonomía leonesa
que se gana por 22 votos favorables y 4 contrarios. Nunca ha habido
pronunciamiento contrario a esa resolución.
La
reivindicación de una autonomía leonesa es también una reivindicación de los
principios democráticos.
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